Tradicionalmente, los servicios de capellanes de
hospitales han sido los medios por los que se canaliza la asistencia a
pacientes.[7,8]
Los capellanes de hospitales pueden desempeñar una función fundamental en el
tratamiento de temas espirituales y religiosos; están capacitados para trabajar
con una gama amplia de temas a medida que surgen en pacientes médicos, y ser
sensibles a la diversidad de creencias e inquietudes propias de los pacientes.[9]
Los capellanes están generalmente disponibles en grandes centros médicos, pero
tal vez ellos no estén disponibles en hospitales más pequeños toda vez que se
los necesite. Es inusual que los capellanes estén disponibles para los entornos
ambulatorios donde se administra gran parte de la atención en la actualidad
(especialmente al comienzo del curso del tratamiento oncológico, cuando estos
temas pueden surgir por primera vez).
Otro enfoque tradicional
en entornos ambulatorios es la disponibilidad de recursos espirituales y
religiosos en salas de espera. Esto es relativamente fácil de hacer, y se
cuenta con muchos recursos; no obstante, sería altamente conveniente contar con
una gama de recursos en respuesta a todos los credos (consular la sección Recursos
adicionales).
Los grupos de apoyo pueden suministrar un entorno
que les permite a los pacientes explorar inquietudes espirituales. Si estas
últimas son importantes para un paciente, el prestador de asistencia sanitaria
tal vez necesite identificar un grupo local que aborde estas cuestiones. Los
datos publicados sobre los efectos específicos de grupos de apoyo en la
asistencia con inquietudes espirituales son relativamente escasos, en parte
porque este aspecto de la adaptación no se ha evaluado sistemáticamente. Un
ensayo aleatorio [10]
comparó los efectos de un grupo sobre mente-cuerpo-espíritu con un programa de
apoyo grupal estándar para mujeres con cáncer de mama. Ambos grupos revelaron
mejoras en el bienestar espiritual, si bien hubo más efectos diferenciales
apreciablemente para el grupo sobre mente-cuerpo-espíritu en el ámbito de la
integración espiritual. Un autor [11]
presenta un modelo bien desarrollado de terapia psicológica adyuvante que
emplea un formato de grupo amplio y aborda tanto cuestiones básicas de adaptación
e inquietudes espirituales como curación, a través de una combinación de
exploración grupal, meditación, oración y otros ejercicios de orientación
espiritual. En un estudio cualitativo longitudinal minucioso de 22 pacientes
inscritos en este tipo de intervención,[12]
los investigadores determinaron que los pacientes con mayor participación
psicológica en los temas presentados tenían más probabilidades de supervivencia
prolongada. Otros enfoques están disponibles pero aún deben evaluarse
sistemáticamente;[13,14]
no han abordado explícitamente cuestiones religiosas y espirituales o no han
logrado evaluar los efectos de la intervención en el bienestar espiritual.[15]
http://www.cancer.gov/espanol/pdq/cuidados-medicos-
apoyo/espiritualidad/HealthProfessional/page5#Section_45 23.5.2007
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