jueves, 25 de enero de 2018

LA PREPARACIÓN DE LOS HIJOS PARA EL BAUTISMO


 Los padres cuyos hijos QUIEREN  que sean bautizados tienen una doble obra que hacer, tanto en lo que se refiere a examinarse a sí mismos, como en cuanto a dar instrucciones fieles a sus hijos.
1.      El bautismo es un rito muy sagrado e importante, y su significado debe comprenderse íntegramente. El bautismo significa arrepentirse del pecado e iniciar una nueva vida en Cristo JesúsNo debe haber prisa para recibir este rito. Deducid el precio tanto los padres como los hijos, al consentir en que vuestros hijos sean bautizados, los padres os comprometéis solemnemente a ser fieles encargados para con estos hijos, a guiarlos en la edificación de su carácter. Os comprometéis a cuidar con interés especial a estos corderos del rebaño, a fin de que no ofendan la fe que van a profesar.
2.    Debe darse una instrucción religiosa a los niños desde sus más tiernos años. No debe hacerse con un espíritu de condena, sino con un espíritu alegre y feliz. Las madres necesitan estar en guardia constantemente, evitando que la tentación llegue a los niños de  forma que no la reconozcan. Los padres han de proteger a sus hijos con instrucciones sabias y satisfactorias. Como los mejores amigos de estos seres inexpertos, deben ayudarles en la obra de vencer, porque para ellos el ser victoriosos significa todo. Deben considerar que sus amados hijos que están tratando de hacer lo recto son los miembros más jóvenes de la familia del Señor, y deben sentir intenso interés por ayudarles a andar rectamente en el camino de la obediencia.
Con amor, deben enseñarles día tras día lo que significa ser hijos de Dios y entregar su voluntad en obediencia a él. Enseñarles que la obediencia a Dios entraña la obediencia a los padres. Esta debe ser una obra de cada día y hora. Padres, vigilad, vigilad y orad, y haced de vuestros hijos vuestros compañeros. Cuando llega el período más feliz de su vida, y en su corazón, aman a Jesús y desean ser bautizados, obrad fielmente con ellos. Antes que reciban el rito, preguntadles si es su primer propósito en la vida trabajar para Dios. Entonces explicadles cómo hacerlo desde el principio. Las primeras lecciones significan mucho. Con sencillez, enseñadles a prestar su primer servicio a Dios. Presentadles esta obra de la manera que haga más fácil su comprensión. Explicadles lo que significa darse al Señor, hacer exactamente lo que su Palabra indica, bajo el consejo de padres cristianos. Después de trabajar fielmente, si estáis convencidos de que vuestros hijos comprenden el significado de la conversión y el bautismo, y de que son verdaderamente convertidos, sean bautizados. Pero repito, ante todo preparaos a vosotros mismos a fin de actuar como fieles pastores para guiar sus pies inexpertos por la senda estrecha.
3.      Dios debe obrar en los padres para que ellos puedan dar a sus hijos un buen ejemplo de amor, educación y humildad cristiana, y así de una entrega completa del yo a Cristo. Si consentís en el bautismo de vuestros hijos y luego los dejáis hacer como ellos quieran, no sintiendo el deber especial de mantener sus pies en el camino recto, vosotros mismos sois responsables si pierden la fe, el valor y el interés en la verdad.

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