viernes, 26 de enero de 2018

3ª Semana del tiempo ordinario. Domingo B - 2018

ENREDADOS EN OTRAS REDES

                Hoy es el inicio de una aventura impresionante, la de Jesús, está latente en las tres lecturas de la liturgia de este domingo ordinario: “Levántate y vete a….” “El momento es apremiante” “Se ha cumplido el plazo”. Tres frases con sabor a llamada y envío, a redención y desprendimiento: es la hora pública de Jesús, y en su reloj, todos tenemos la nuestra. ¿Qué le respondemos?
  1. Y, con nuestras prisas, dejamos de lado precisamente eso: lo substancial. ¿Por qué la crisis moral que estamos padeciendo? ¿Dónde están sus causas? ¿Exclusivamente en el factor económico? ¡No! Hay que ir más allá. La sociedad, y sus dirigentes, se han empeñado en degenerar las disposiciones de muchas cosas, en ensalzar el “todo vale” y las consecuencias no se han hecho esperar: asistimos a una perversión en diversos aspectos que, con el Evangelio en la mano, no nos queda otra sino volver de nuevo al camino verdadero.
  2. Hoy, en medio de las aguas turbulentas, el Señor nos invita a desenmarañarnos de los caminos que sólo nos conducen a premios efímeros, a promesas falsificadas  o ficticias. La conversión que nos propone Jesús es precisamente la que el Papa Benedicto, recientemente,  nos sugería: hay que volver a Dios porque, a Dios, lo hemos orillado y la secuela más grave ha sido que hemos caído en un humanismo deshumanizador y deshumanizante o en un deshumanizado humanismo. No es un  juego de palabras, es así. Sólo cuando pongamos a Dios en el centro de nuestra vida, clave y mensaje del Reino anunciado por Jesucristo, llegaremos a esa unión personal, social y universal que muchos se empeñan frívolamente en conquistar al margen de toda referencia a Dios. ¿Es posible alcanzarla sin Dios?
  3. Estamos en un tiempo privilegiado para la fe. La Nueva Evangelización, de la cual se habla tanto, nos exige precisamente eso: desembarazarnos de aquellas redes que han servido en otro tiempo pero que, ahora, se nos quedan cortas o débiles. No olvidemos que, la exigencia a la conversión, sigue siendo la misma. Que las verdades fundamentales de Jesucristo, y guardadas en el Depósito de la Fe de la Iglesia, siguen vigentes.
¿Dónde fallamos entonces? La prueba de fuego está en el entusiasmo de nuestra vida cristiana ¿Cómo es? ¿Respondemos con generosidad a las llamadas del Señor? ¿Dejamos algo por El? ¿No respondemos, a veces, con unos minutos semanales para la misa y poco más? El Señor, cuando pasó al lado de los discípulos, no les invitó a romper con un trozo de aquellas redes que eran su forma de vida. Les exigió algo más: si creéis en mí…dejadlo todo. Pero con todas las consecuencias. Lo valoraron y, mirando al horizonte del mar y lo que tenían entre manos, comprobaron que Jesús, sus palabras y sus obras, eran un tesoro. ¿Es un tesoro para nosotros Jesucristo?
Dios, porque es bueno y justo, confía en que vayamos cumpliendo con ese programa que se inició en el día de nuestro Bautismo. Si hay plazo para que un artista entregue su obra, para que un profesora acabe una asignatura o para que un pesquero regrese a puerto…también los cristianos tenemos un vencimiento para dar muestras de nuestro buen hacer, de que nuestra fe es sincera (no simbólica) y de que nuestras obras y nuestras palabras son un perfecto acorde.

Ha pasado el Señor y, lejos de mirarnos por encima de los hombros, nos mira frente a frente. Nos sienta a su mesa. Nos habla. Nos explica las escrituras y parte para nosotros lo más grande que tiene: su vida

jueves, 25 de enero de 2018

LA PREPARACIÓN DE LOS HIJOS PARA EL BAUTISMO


 Los padres cuyos hijos QUIEREN  que sean bautizados tienen una doble obra que hacer, tanto en lo que se refiere a examinarse a sí mismos, como en cuanto a dar instrucciones fieles a sus hijos.
1.      El bautismo es un rito muy sagrado e importante, y su significado debe comprenderse íntegramente. El bautismo significa arrepentirse del pecado e iniciar una nueva vida en Cristo JesúsNo debe haber prisa para recibir este rito. Deducid el precio tanto los padres como los hijos, al consentir en que vuestros hijos sean bautizados, los padres os comprometéis solemnemente a ser fieles encargados para con estos hijos, a guiarlos en la edificación de su carácter. Os comprometéis a cuidar con interés especial a estos corderos del rebaño, a fin de que no ofendan la fe que van a profesar.
2.    Debe darse una instrucción religiosa a los niños desde sus más tiernos años. No debe hacerse con un espíritu de condena, sino con un espíritu alegre y feliz. Las madres necesitan estar en guardia constantemente, evitando que la tentación llegue a los niños de  forma que no la reconozcan. Los padres han de proteger a sus hijos con instrucciones sabias y satisfactorias. Como los mejores amigos de estos seres inexpertos, deben ayudarles en la obra de vencer, porque para ellos el ser victoriosos significa todo. Deben considerar que sus amados hijos que están tratando de hacer lo recto son los miembros más jóvenes de la familia del Señor, y deben sentir intenso interés por ayudarles a andar rectamente en el camino de la obediencia.
Con amor, deben enseñarles día tras día lo que significa ser hijos de Dios y entregar su voluntad en obediencia a él. Enseñarles que la obediencia a Dios entraña la obediencia a los padres. Esta debe ser una obra de cada día y hora. Padres, vigilad, vigilad y orad, y haced de vuestros hijos vuestros compañeros. Cuando llega el período más feliz de su vida, y en su corazón, aman a Jesús y desean ser bautizados, obrad fielmente con ellos. Antes que reciban el rito, preguntadles si es su primer propósito en la vida trabajar para Dios. Entonces explicadles cómo hacerlo desde el principio. Las primeras lecciones significan mucho. Con sencillez, enseñadles a prestar su primer servicio a Dios. Presentadles esta obra de la manera que haga más fácil su comprensión. Explicadles lo que significa darse al Señor, hacer exactamente lo que su Palabra indica, bajo el consejo de padres cristianos. Después de trabajar fielmente, si estáis convencidos de que vuestros hijos comprenden el significado de la conversión y el bautismo, y de que son verdaderamente convertidos, sean bautizados. Pero repito, ante todo preparaos a vosotros mismos a fin de actuar como fieles pastores para guiar sus pies inexpertos por la senda estrecha.
3.      Dios debe obrar en los padres para que ellos puedan dar a sus hijos un buen ejemplo de amor, educación y humildad cristiana, y así de una entrega completa del yo a Cristo. Si consentís en el bautismo de vuestros hijos y luego los dejáis hacer como ellos quieran, no sintiendo el deber especial de mantener sus pies en el camino recto, vosotros mismos sois responsables si pierden la fe, el valor y el interés en la verdad.

4ª semana del tiempo ordinario. Domingo B- 2018: Mc 1, 21-28


Jesús el día de sábado como todo buen israelita, va a la sinagoga. Ahora, por tener 30 años, además de leer, podía comentar lo leído. Jesús habla y enseguida se da cuenta la gente que no explica como lo hacían los escribas y letrados. Se maravillan de su doctrina. Esta puede ser nuestra primera reflexión hoy: el asombro de la gente ante la predicación de Jesús. El asombro todavía no es la fe, pero puede ser el comienzo. Es importante asombrarse o suscitar el asombro ante la lectura del evangelio. Dice un autor: “Un cristianismo convencional es el producto de una generación que ha perdido la capacidad de asombrarse ante el Evangelio”. En realidad el evangelio pasa casi siempre “sin pena ni gloria”. La mayoría de la gente no conecta con el evangelio y por eso no se asombra. Quizá sea porque los que lo enseñan lo hacen al estilo de los escribas y letrados y no al estilo de Jesucristo.
¿Y cómo enseñaban los letrados? Pues lo hacían por oficio, repetían lo que ellos habían aprendido antes. Ellos predicaban sobre todo la letra de la ley, mas se olvidaban del espíritu. Jesús enseñaba con autoridad. Enseñar con autoridad no es lo mismo que enseñar autoritariamente. Era como una lámpara que da luz, pero no se impone. No mandaba caer fuego sobre los que no le escuchaban. Hablaba dando testimonio.  Lo manifestaba porque se notaba que creía profundamente en el mensaje que transmitía y que amaba a la gente y vivía los problemas de la gente. Sus palabras son sencillas, con un lenguaje que todos entienden, pero se nota la verdad y sinceridad. Y autoridad sobre todo porque sus obras correspondían a la verdad de sus palabras. Sus palabras brotaban de una experiencia profunda: su unión con el Padre. Este es el gran ejemplo que hoy nos enseña a todos, si queremos predicar la Palabra de Dios. Lo primero será empaparnos de esa palabra haciéndola vida en nosotros.
El evangelio no nos dice aquí de qué hablaba Jesús. Hoy quiere testimoniar esta autoridad. Y destaca más esta autoridad por su palabra que por el mismo milagro que realiza reforzando más esa autoridad. Había un hombre poseído de un espíritu impuro. Esta palabra quiere significar algo opuesto a Dios que es el “santo”. Solía ser una enfermedad interna. En el evangelio de Marcos aparece con frecuencia esta lucha de Jesús contra las fuerzas del mal, simbolizadas en el demonio. Jesús ahora y en otras ocasiones manifiesta su divinidad venciendo a las fuerzas del mal. También los cristianos continuamos en esta lucha. El demonio se manifiesta hoy en ideas contrarias al Reino de Dios, como es el relativismo, el ateismo, el afán de placer, de dominio y de riqueza. Podemos vencer cuanto más unidos estemos con Jesucristo.
Aquel hombre empieza a gritar y Jesús le hace callar. Parece como que alaba a Jesús, pero de hecho está sembrando la confusión. Eso es lo que sigue haciendo el mal entre nosotros. La confusión era tener a Jesús públicamente por el Mesías. ¿Pero qué mesías? Para la gente el Mesías debía ser un guerrero y dominador. Jesús es el que nos enseña sobre todo el amor y Mesías es el que se pone al servicio de todos.
En la primera lectura de hoy, en el libro del Deuteronomio o segunda ley, se habla del profeta que Dios va a suscitar. Eran tiempos en que había falsos profetas, que se llamaban portadores de la palabra de Dios, pero en realidad sólo llevaban palabras humanas: servían a intereses mundanos, a sistemas de opresión. El verdadero profeta no es principalmente porque anuncie algo, sino porque sus palabras y los hechos de su vida dan testimonio de la verdadera palabra de Dios. Esto es lo que veía la gente en las palabras de Jesús. Jesús con este milagro libera a aquel hombre no sólo de un mal físico, sino sobre todo de ideas que le esclavizan. Así predicaba la liberación de tantas normas y leyes externas, que no tenían un espíritu de amor, comenzando por la ley atenazante del sábado. Jesús quiere que colaboremos en liberar de la mentira, del odio y la ignorancia y de tantos males externos. Todo con la ayuda de Dios.


lunes, 8 de enero de 2018

CHINA Y LA CAMPAÑA 709

                        
 Nueve de julio de 2015. El Gobierno chino comenzó ese día las detenciones de activistas y defensores de los derechos humanos, en una campaña que marcó el endurecimiento de la política oficial ante las voces críticas. Esa operación, que dura hasta el día de hoy, se bautizó como “la 709”, en recuerdo del día de su inicio. Ha habido muchas detenciones, y los tribunales van juzgando a los acusados. Los procesos constituyen una farsa, pero incluso un Estado tan prepotente como el chino se ve obligado a guardar ciertas apariencias ante la opinión pública internacional. Bastantes de los activistas procesados son conocidos, dentro y fuera del país, y diversos observadores siguen de cerca el desarrollo de los juicios, que el Gobierno no puede mantener secretos. La administración judicial suele aprovechar los días navideños, en los que Occidente baja la guardia y celebra sus fiestas en familia, para hacer públicas las sentencias de los acusados más famosos. En esta ocasión, los “agraciados” han sido Wu Gan y Xie Yang.

El bloguero Wu Gan ha sido condenado a ocho años de prisión, la pena más alta impuesta hasta ahora por ese tipo de delito. En la fundamentación de la sentencia se dice que “Wu ha sacado a la luz casos judiciales delicados, con la excusa de defender la justicia pero con el propósito último de desacreditar a los organismos estatales y atentar contra el sistema socialista”. Wu hizo saber en agosto, a través de su abogado, que contaba con un castigo duro, pues se había negado a reconocerse culpable ante las cámaras de la televisión, en un programa que iba a tener difusión nacional. Al conocer la sentencia, Wu ha guardado la compostura y, parafraseando unas palabras del Presidente Xi Jinping, declaró: “Me mantendré fiel a nuestros principios, me remangaré los brazos y me esforzaré más todavía”. Todo un ejemplo de fortaleza e integridad.

Xie Yang es un abogado conocido por su lucha a favor de los derechos civiles. Fue detenido precisamente el día de Navidad de 2016, noticia que tardó un mes en saberse: en regímenes como el chino, los elementos molestos suelen desaparecer sin más. Ahora ha sido condenado tan solo a dos años de cárcel: el tribunal ha tenido en cuenta que, a pesar de haber instigado a la subversión, ha reconocido su culpa y ha manifestado arrepentimiento. Así, “no ha ocasionado ningún daño social de entidad”.  Xie había adquirido notoriedad como abogado defensor en varios juicios políticos sensibles. Su trabajo trascendió más allá de las fronteras; por ejemplo, llegó a reunirse con Angela Merkel y con su ministro de Asuntos Exteriores, Sigmar Gabriel.  No sorprende que se le haya acusado de “colaborar con potencias extranjeras enemigas”, pues se trata de la cantinela que repite el Gobierno chino con los activistas conocidos fuera del país. Los órganos de expresión afines al poder han dedicado un espacio notable al caso de Xie, algo insólito, ya que no suelen hacerse eco de los juicios a opositores. Han subrayado que el reo se ha arrepentido públicamente de sus desvaríos y que está agradecido por la suavidad del castigo. Resaltan igualmente que su confesión no fue arrancada a la fuerza y descartan con vehemencia que haya sido torturado. No conocemos las interioridades de este proceso, pero supongo que lo más prudente será desconfiar de la versión oficial.

Sociólogos y politólogos han trabajado durante años con la presunción de que las libertades constituyen un único paquete, de forma que, como las cerezas, unas tiran de las otras. Si un gobierno dictatorial o autoritario liberaliza la economía y la cultura, por ejemplo, será inevitable que la gente, una vez adquirido el gusto por la libertad, acabe reclamando también libertad política y democracia. Así ocurrió con la España de Franco o el Chile de Pinochet. Cuando la ciudadanía se ha acostumbrado a viajar, a comerciar y a leer, la exigencia de democracia resulta imparable y la dictadura tiene los días contados. China parecía el laboratorio ideal para verificar esa tesis: el país más poblado del mundo abre la puerta al capitalismo salvaje y pretende a la vez mantener la dictadura del Partido Comunista. Muchos esperábamos que el pueblo chino iba a exigir de modo incontenible la democracia como correlato del mercado, pero nos hemos visto defraudados: la exigencia de libertad política está resultando francamente minoritaria. Ni siquiera las redes sociales, promesa de libertad para opinar y debatir, están consiguiendo molestar al régimen, que controla Internet de modo refinado e implacable. Por eso es más necesario hacer eco a luchadores como Wu Gan y Xie Yang.

Si el Gobierno chino aprovecha la pausa navideña para intensificar la represión, tenemos la obligación moral de no seguirle el juego. Dar a conocer la suerte de sus víctimas es el mínimo de solidaridad que podemos ofrecerles.



                                   Alejandro Navas
        Profesor de Sociología de la Universidad de Navarra

                      Pamplona, 1 de enero de 2018

sábado, 6 de enero de 2018

Domingo, 7 de Enero Bautismo del Señor-2018: Mc 1, 7-11


Todos los años, después de la fiesta de la Epifanía o manifestación de Jesús a los magos, la Iglesia nos presenta otra epifanía, que es la manifestación ante san Juan Bautista al terminar el bautismo. Estamos en el ciclo B y la narración corresponde al evangelista san Marcos, quien no habla de la infancia de Jesús, sino que comienza el evangelio con la predicación del Bautista. Predicaba sobre todo la penitencia como preparación para la venida del Mesías y para que esa penitencia fuese más expresiva entre aquellos que estaban arrepentidos, les bautizaba con agua en el río Jordán.
El comienzo del evangelio de este día nos trae las palabras del Bautista en que, con humildad, nos dice que él bautiza con agua; pero llega ya uno mucho más digno que él que sí bautizará de verdad dando el Espíritu Santo. Esta es la gran diferencia entre el bautismo de Juan, que sólo es significativo del acto interior, y el bautismo que nos dejará Jesús, que nos da el gran regalo de Dios. Claro que ese gran don de Dios nosotros luego lo podemos desechar, como desgraciadamente tantas veces sucede; pero podemos y debemos acrecentarlo. Hay algunos que critican el hecho de que se dé el bautismo a niños pequeños, como solemos hacerlo, porque dicen que eso debería dejarse a la libre voluntad del niño cuando sea mayor. Y no se dan cuenta que la misma vida también es un regalo, para lo cual ellos no han puesto la libertad, ni el alimento ni los vestidos ni tantos regalos. Así el bautismo es un gran regalo de Dios. Lo que hace falta es que luego les enseñemos a cuidarlo y a aumentar esa Gracia.
Jesús vino desde Nazaret hasta donde estaba el Bautista. Es muy posible que desde Nazaret y algunos pueblos vecinos se organizase una especie de peregrinación para ver al “profeta”, como se llamaba a san Juan. Jesús iría como uno más del grupo y como uno más, entre la gente devota, entró en el río Jordán para ser bautizado por san Juan. Ya sabemos que Jesús no podía arrepentirse de nada. El bautismo por lo tanto tiene una significación diferente que para otras personas. En Jesús aparece la unidad con la humanidad sufriente y pecadora, para cargar con los pecados del mundo, que un día llevaría hasta la cruz para redimirlos. San Marcos no dice nada si hubo algún diálogo entre Jesús y el bautista. Parecía un bautismo normal.
Lo importante es lo que sucedió al terminar el bautismo: la manifestación de Dios, por lo menos, ante san Juan Bautista: se abrieron los cielos, bajó el Espíritu Santo y se oyó la voz del Padre. Son expresiones simbólicas, como acostumbra la Biblia en momentos muy importantes. El “rasgarse el cielo” venía de una creencia de que el azul que vemos fuese una división de la tierra al lugar donde está Dios. Es para expresar que se manifiesta Dios, que viene personalmente a nosotros. Y para expresar más gráficamente que viene el Espíritu, lo manifiesta por la figura de una paloma, animal amable, que suele volar rápidamente hacia el suelo. Esto es importante porque Jesús, como hombre, es investido o inundado por el Espíritu Santo, para poder ya comenzar su predicación. También nosotros fuimos investidos por la gracia del Espíritu el día de nuestro bautismo; pero desgraciadamente muchos lo hemos perdido. Por eso en este día es una ocasión más para recordar nuestro bautismo y pedir al Espíritu Santo que nos llene de sus dones. Afortunadamente Dios nos da esta oportunidad para crecer en el Espíritu, y no una sola vez, sino siempre está dispuesto para crecer en nuestra alma.

Se oyó una voz que decía: “Tu eres mi Hijo, a quien yo quiero, mi predilecto”. También Dios nos dice a cada uno: Tu eres mi hijo, te quiero, te amo. Lo debemos sentir en nuestro corazón. Ciertamente el día de nuestro bautismo nos lo dijo. Quizá nosotros estamos más atentos a las voces mundanas que nos hablan de éxitos materiales, que nos animan a hacer algo espectacular, de modo que nos sirva para crecer en la fama o escalar puestos. Dios hoy nos habla en el corazón o por medio de la Iglesia y las personas buenas para que trabajemos por la justicia y el amor.

viernes, 5 de enero de 2018

6 de Enero-2018. EPIFANIA DEL SEÑOR.

Epifanía significa manifestación de Dios. Dios se revela a todos: ricos y pobres, poderosos y humildes, judíos y no judíos. Después de nacer se manifestó a los pastores, pero luego se manifestó a los magos de oriente. Hoy también quiere manifestarse a todos. Veamos las enseñanzas que el suceso de los magos nos da para que Dios se manifieste en nosotros y a través de nosotros en otros muchos.
1- “Ven la estrella”: En realidad hay muchas estrellas. Unos las ven y otros no. Estas estrellas pueden ser nuestros familiares y amigos. Especialmente es la Iglesia en general con los responsables y con todos los que quieren ser fieles al Señor. Nosotros podemos y debemos ser estrellas para otros muchos: con nuestras palabras y consejos; pero sobre todo con nuestro buen ejemplo de vida.
2- “Se ponen en camino”: No basta ver la estrella. Hay que actuar. No basta saber el camino. Hay que ponerse a caminar. Y esto aunque no sepamos el camino exacto, como les pasaba a los magos. Dejémonos conducir por las enseñanzas de la Iglesia.
3- “La estrella desapareció”: No todo es fácil en el camino hacia Dios. Hay momentos difíciles, que pueden llegar a ser como “noches oscuras”. Dios siempre está con nosotros, nunca nos abandona. Debemos seguir teniendo esperanza.
4- “Y preguntaron”: Para responder está la Iglesia y especialmente los sacerdotes. Hay que ser valientes y consultar. Puede ser una catequista que nos oriente en la fe. Lo importante es consultar, ya que Dios verá en ello un deseo del bien. Aunque se pregunte a una persona equivocada, como hicieron los magos que fueron a Herodes para consultar. Pero Dios se valió del malo para darles una buena respuesta.
5- “Apareció de nuevo la estrella”: Dios parece que se esconde. Si todo fuese muy fácil no tendríamos mérito. Pero Dios siempre termina por consolar a aquel que sinceramente le busca de corazón.
6- “Y encontraron a Jesús”: Jesús debe ser el final de toda nuestra búsqueda espiritual. Nosotros no vamos tras de unas ideas o filosofías; Vamos tras de una persona que es Dios que se hizo hombre por nuestro amor. Y nuestra tranquilidad es que le podemos encontrar. Está sobre todo en la Eucaristía. Está también en los sencillos, en los pobres, en su Palabra, en el amor fraternal.
7- “Y le ofrecieron sus dones”: ¿Qué le ofreceremos nosotros? Lo mejor que le podemos ofrecer es nuestro corazón; pero, juntamente con él, también le ofrezcamos nuestro trabajo apostólico, de modo que podamos hacer que al menos alguien se acerque un poco más al Señor. Si queremos simbolizar los dones de los magos, podemos ofrecerle el oro de nuestro amor como la mejor ofrenda a Dios, el incienso, que es nuestra constante oración que se eleva al cielo, y la mirra, que es la aceptación paciente de los trabajos, sufrimientos y dificultades de nuestra vida.
8- “Y se volvieron por otro camino”: Quien encuentra verdaderamente a Jesús no puede seguir el camino anterior. Debe comenzar a vivir por otro camino, el camino de la justicia, de la paz, del amor.

 Quizá la intención principal de san Mateo, cuando contaba el suceso de los magos, era exponer, como luego lo hizo a través de todo el evangelio, que el mensaje de Jesús es universal, que no es sólo para una raza o una nación, sino para todo el mundo. Por eso al recordar este suceso, la Iglesia nos estimula a trabajar por la evangelización de todas las gentes. Este es un día misionero por excelencia, porque Jesús no sólo se manifestaba a los judíos, sino desde el principio nos enseñó que había venido para salvar a todos los pueblos.