martes, 30 de diciembre de 2014

1 de Enero de 2015, Maternidad de María: Lc 2, 16-21

Hoy tenemos varias celebraciones: comienza el nuevo año, es la octava de Navidad con la circuncisión de Jesús e imposición de su nombre, es una gran fiesta de la Virgen con el título de Madre de Dios, y es la jornada mundial sobre la paz.
1. Comienza el nuevo año. Esto no es una celebración litúrgica, sino algo sólo convencional en el calendario civil. En otras civilizaciones o culturas comienza el año en otras fechas. Lo nuestro del 1 de Enero viene de una costumbre romana en que comenzaban a regir los cónsules. Pero es una ocasión y una oportunidad para pensar que el tiempo pasa y que debemos hacer realidad lo de: “año nuevo, vida nueva”. El tiempo no es algo fijo, nosotros pasamos por él y ya no lo podemos recuperar, sólo podemos aprovechar mejor el que va a venir. “El tiempo es un círculo, decía el cardenal Ratzinger. La tierra realiza su carrera, prescindiendo del sufrimiento y de las espe-ranzas de los hombres que sobre ella viven. Sin la fe, nuestro calendario no es otra cosa que la medida de las rotaciones de la tierra. Pero la fe transforma el tiempo”. Por eso aprovechemos el comienzo de un nuevo año para una mayor limpieza de nuestras culpas y un hermoso deseo de aprovechar esta oportunidad que nos da Dios”.
2. A los ocho días circuncidaron a Jesús. A nosotros nos puede decir muy poco; pero era muy importante para los israelitas: era el día de la entrada y aceptación legal en la comunidad de Israel y de hacerse responsable de la carga que supone la ley. Era como otro nacimiento. Decía el cardenal Ratzinger: “Un hombre no nace propiamente con su nacimiento biológico, porque no consta sólo de lo biológico, sino de espíritu, de lenguaje, de historia, de comunidad. Pero para ello necesita de los otros, que le otorgan el lenguaje, la comunidad, la historia y el derecho. Por eso el día octavo Jesús se naturalizó legalmente con su pueblo, recibe un nombre y se muestra ciudadano de nuestra historia”.   La circuncisión es también símbolo de nuestro bautismo.
El nombre de Jesús se lo puso el mismo Dios. Así el ángel se lo dijo a María y a José. Los israelitas daban mucha importancia al significado, y Jesús significa “Dios salva”. Debemos poner mucho amor y confianza al pronunciar este bendito nombre.
3. Celebramos hoy también la solemnidad de María Madre de Dios. Es el mayor título que un ser creado puede tener. Ha habido muchos que dicen ser impropio de María llevar ese nombre porque a Dios nadie lo ha hecho. En parte tienen razón; pero María es la madre de Jesús y, como Jesús, además de hombre, es Dios, a su madre la podemos llamar Madre de Dios. Así lo entendieron los obispos reunidos en Éfeso en el año 431. Y desde entonces así la proclamamos, señalando la unión tan profunda con su Hijo “en las penas y alegrías”, y también en la redención y en las gracias que Dios nos va dando. Por eso es también nuestra madre espiritual y madre de la Iglesia. En este día nos alegramos por las maravillas que Dios ha hecho en su madre. Pero ella, aun colmada de dones, siguió siendo libre y cooperó generosamente. Si María es nuestra madre, la contemos nuestros problemas y pidamos su ayuda para superarlos; pero sobre todo hagamos en este nuevo año lo que gustaría a nuestra madre del cielo.

4. Jornada mundial de la paz. Así se llama este día desde 1967. Todos los años el papa nos da un mensaje especial sobre la paz. Este año el tema es: “No esclavos sino hermanos”. Nos dice cómo el ser humano está hecho para relacionarse en justicia y caridad. Sin embargo se ha dado la esclavitud, que en tiempos era tenida como legal. Hoy es un “crimen contra la humanidad”. No obstante siguen muchas clases de esclavitudes: Muchos vendidos para actividades ilegales. Todos debemos hacer algo positivo: desde los gobiernos a la gente de la calle. Debemos devolver la dignidad a las personas, para que nuestros hermanos y hermanas no se sientan ser objeto o mercancía propiedad de otro, sino verdaderos hijos de Dios.  Que María, madre de Dios y madre nuestra nos ayude a conseguirlo.  

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