miércoles, 13 de agosto de 2014

¿Porque ir a misa los domingos?

¿Por qué ir a la misa el domingo?

Muchos católicos desertan de la eucaristía celebrada en su comunidad. Ellos dicen se aburren en misa, no comprenden lo que pasa. Intentemos comprender que es lo que pasa en la misa los domingos.
EL PRIMER DIA DE LA SEMANA...:
Los evangelios dicen que después de su muerte en la cruz, se apareció a sus amigos el primer día de la semana, (es decir, el domingo el día que seguía al sabbat, el séptimo día de la semana, día de la semana judía).
Nosotros creemos que esa presencia de Jesús al lado de sus amigos se produce de edad en edad. Cada domingo los cristianos se reúnen en su nombre, Jesús viene al lado de ellos. Los hechos de los apóstoles recuerdan que los miembros de las primeras comunidades cristianas tenían él hábito de reunirse el domingo, el primer día de la semana, para encontrarse con Jesús vivo, resucitado. Después desde tiempos muy antiguos los cristianos se reencuentran cada domingo en la misa. Si ellos no pueden hacerlo, ellos miran la televisión, escuchan la radio, en cualquier parte del mundo, ellos celebran la alegría de la resurrección de Cristo.
LAS DOS GRANDES PARTES DE LA MISA.
En la misa lo que pasa es que es un reencuentro con Jesús. Elevado entre los muertos. El está presente en nuestras comunidades. Puesto que son leídos en nuestras comunidades los pasajes de la Biblia, es el que enseña la palabra a sus amigos. Como también los cristianos comparten el pan y el vino sobre los cuales han sido pronunciadas las palabras de acción de gracias, el esta allí como nos ha prometido, después de su ultima cena. Hay pues dos partes en la misa. Durante la primera, nosotros escuchamos las lecturas de la Biblia y la explicación de esas lecturas (es lo que se llama el sermón o la homilía).
Durante la segunda, nosotros somos reunidos alrededor del altar para tomar parte en la cena del Señor,  celebrar la eucaristía, hay un lien profundo entre esas dos partes. En la primera, nosotros recibimos la palabra de Dios como un pan nutritivo. Jesús como un amigo que habla a sus amigos, nos dice sobre nosotros mismos, sobre los hombres nuestros hermanos, sobe nuestro mundo, de cosas que no sabríamos sin el. Nosotros tomamos su palabra como un buen pan. En la segunda parte, nosotros tomamos el pan de la eucaristía como una palabra de amor: yo te amo, nos dice Jesús y nos da el pan de la vida sin fin. <<Yo te amo y yo quiero que tú vivas con el Padre y conmigo para siempre>>.
NO SOMOS CRISTIANOS SOLOS...

El domingo, nos reencontramos con una comunidad viva. Nosotros salimos así de nuestro individualismo y de nuestro egoísmo. Nosotros somos invitados a la solidaridad y al compartir. El partir el pan eucarístico hace que de nosotros el pueblo del compartir. Nosotros entendemos al Señor que habla a cada uno de entre nosotros, pero también a la asamblea de la comunidad, a toda su Iglesia, y nos invita a seguirle. Nosotros recibimos como un regalo el pan de la vida, en la misa justo en el momento del ofertorio: << nosotros te presentamos este pan y este vino que llegaran a ser para nosotros el alimento de la Vida sin fin>>. 

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