Los Evangelios son las únicas fuentes fiables que tenemos sobre Judas. Es un personaje muy controvertido, pero, ¿que era lo que le movía? Hablan de un motivo mucho más a tierra: el dinero... a Judas se le había confiado la bolsa... dice el Evangelio que "era un ladrón y pues tenía la bolsa, cogía lo que echaban dentro" (Jn 12.6). Y su propuesta a los jefes de los sacerdotes explica: " ¿Cuanto me daís y os lo entrego? Y ellos fijaron en treinta siclos de plata" (Mt. 26.15)
"Porque extrañarse de esta explicación? ¿Acaso no ha sido casi siempre así en la historia y no lo es todavía hoy? El dinero es un ídolo. El dinero es "Dios visible", a diferencia del Dios verdadero que es "invisible", detrás de cada mal de nuestra sociedad está el dinero o, al menos, esta también el dinero.
¿Que hay detrás del comercio de la droga,que destruye vidas humanas, detrás del fenómeno de las mafias, de la corrupción política, la fabricación y comercio de las armas, de los fundamentalismos religiosos e, incluso de la venta de órganos humanos?... ¡Detestable codicia del dinero!
La traición de Judas continua en la historia y el traicionado siempre es El, Jesús. Todo es posible para quien tiene dinero. Pero se puede traicionar a Jesús también por otras recompensas que no son las treinta monedas de plata: traiciona a Cristo quien traiciona a su esposa, a su marido; traiciona a Cristo el ministro infiel en su estado; traiciona a Jesús quien traiciona a su conciencia.
Unas pequeñas pinceladas de parte de una homilía del P. Rainiero Cantalamessa.
"Porque extrañarse de esta explicación? ¿Acaso no ha sido casi siempre así en la historia y no lo es todavía hoy? El dinero es un ídolo. El dinero es "Dios visible", a diferencia del Dios verdadero que es "invisible", detrás de cada mal de nuestra sociedad está el dinero o, al menos, esta también el dinero.
¿Que hay detrás del comercio de la droga,que destruye vidas humanas, detrás del fenómeno de las mafias, de la corrupción política, la fabricación y comercio de las armas, de los fundamentalismos religiosos e, incluso de la venta de órganos humanos?... ¡Detestable codicia del dinero!
La traición de Judas continua en la historia y el traicionado siempre es El, Jesús. Todo es posible para quien tiene dinero. Pero se puede traicionar a Jesús también por otras recompensas que no son las treinta monedas de plata: traiciona a Cristo quien traiciona a su esposa, a su marido; traiciona a Cristo el ministro infiel en su estado; traiciona a Jesús quien traiciona a su conciencia.
Unas pequeñas pinceladas de parte de una homilía del P. Rainiero Cantalamessa.
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