Hoy tenemos
varias celebraciones: comienza el nuevo año, pero sobre todo es una gran fiesta
de la Virgen
como Madre de Dios y es la octava de Navidad y la circuncisión de Jesús e
imposición de su nombre. También es la jornada mundial sobre la paz.
1. Comienza el
nuevo año. Esto no es una celebración litúrgica, sino algo sólo convencional en
el calendario civil. En otras civilizaciones o culturas comienza el año en
otras fechas. Lo nuestro del 1 de Enero viene de una costumbre romana en que
comenzaban a regir los cónsules. Pero es una ocasión y una oportunidad para
pensar que el tiempo pasa y que debemos hacer realidad lo de: “año nuevo, vida
nueva”. El tiempo no es algo fijo, nosotros pasamos por él y ya no lo podemos
recuperar, sólo podemos aprovechar mejor el que va a venir. Este es un tiempo
de bendición, como comenzamos en la primera lectura de la misa. Pero no sólo
queremos que Dios nos bendiga. Todos debemos ser bendición para los demás y
para el mundo. Por eso aprovechemos el comienzo de un nuevo año para una mayor
limpieza de nuestras culpas y un hermoso deseo de aprovechar esta oportunidad
que nos da Dios.
2. Celebramos
sobre todo la solemnidad de María Madre de Dios. Es el mayor título que un ser
creado puede tener. Ha habido muchos que dicen ser impropio de María llevar ese
nombre porque a Dios nadie lo ha hecho. En parte tienen razón; pero María es la
madre de Jesús y, como Jesús, además de hombre, es Dios, a su madre la podemos
llamar Madre de Dios. Así lo entendieron los obispos reunidos en Éfeso en el
año 431. Y desde entonces así la proclamamos, señalando la unión tan profunda
con su Hijo “en las penas y alegrías”, y también en la redención y en las
gracias que Dios nos va dando. Por eso es también nuestra madre espiritual y
madre de la Iglesia. En
este día nos alegramos por las maravillas que Dios ha hecho en su madre. Ella,
aun colmada de dones, siguió siendo libre y cooperó generosamente. Si María es
nuestra madre, la contemos nuestros problemas y pidamos su ayuda para
superarlos; pero sobre todo hagamos en este nuevo año lo que gustaría a nuestra
madre del cielo.
El nombre de
Jesús se lo puso el mismo Dios. Así el ángel se lo dijo a María y a José. Los
israelitas daban mucha importancia al significado, y Jesús significa “Dios
salva”. Debemos poner mucho amor y confianza al pronunciar este bendito nombre.
4. Jornada mundial de la paz. Este año,
que es la 51 jornada de la paz, el papa Francisco ha escogido este lema: "Migrantes y refugiados:
hombres y mujeres que buscan la paz". El papa, recordando a los millones
de emigrantes y refugiados que hay en el mundo, dice: “Con espíritu de
misericordia, abrazamos a todos los que huyen de la guerra y del hambre, o que
se ven obligados a abandonar su tierra a causa de la discriminación, la
persecución, la pobreza y la degradación ambiental”. “Ellos buscan vivir en
paz. Para ello están dispuestos a arriesgar sus vidas, pasando muchas
dificultades. Muchos huyen casi obligados por las guerras y demasiadas
dificultades en sus tierras y buscan una tierra mejor. El papa nos propone a
todos realizar cuatro cosas o pasos de atención. Les debemos acoger, proteger,
promover e integrar; de modo que participen plenamente de la vida social del
país que les acoja. Que María,
madre de Dios y madre nuestra, nos ayude a que todos vivamos como hermanos”.